Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alrededor del 30% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden (en la fase de producción) o se desperdician (en la fase de venta al por menor y consumo). Se calcula que sólo en la UE se pierde o desperdicia el 20% de los alimentos, lo que tiene graves repercusiones en la economía mundial, la sociedad y el medio ambiente. Los alimentos que se desechan en cualquier fase de la cadena de suministro provocan directamente el despilfarro de los recursos energéticos e hídricos que se habrían consumido en su producción, recolección y entrega al mercado. Si reducimos el desperdicio de alimentos, disminuiremos la presión innecesaria sobre nuestros suelos, el agua y las fuentes de energía.
La inspiración para el presente proyecto viene dada por las inadecuadas oportunidades que se ofrecen a los jóvenes para desarrollar las habilidades prácticas necesarias para funcionar como ciudadanos en un entorno multiinstitucional y rápidamente cambiante. En concreto, según la Encuesta CÓMO CONSTRUIMOS UNA UE MÁS FUERTE Y UNIDA, EUROBARÓMETRO; 2019, el 42% de los encuestados afirmó que los comportamientos frente al cambio climático, el pensamiento crítico o las competencias empresariales no se enseñan lo suficiente en las escuelas. Además, el 49% de los encuestados afirma que las escuelas deberían ayudarles a prepararse para el empleo, ofreciéndoles una oportunidad para triunfar y fomentando su creatividad, adaptabilidad y mentalidad emprendedora.
Por este motivo, el proyecto FOODY EU fomentará la capacitación, la participación, la ciudadanía activa y el sentido de la iniciativa, utilizando el emprendimiento social como una intervención eficaz para volver a implicar a los jóvenes ninis en la resolución de los problemas de sus comunidades, relacionados con los alimentos y sus residuos. El objetivo es garantizar que tengan las habilidades para la vida y los conocimientos necesarios para fomentar su capacidad de superar los obstáculos a la participación, el empleo y la transición a la edad adulta.
Las actividades ofrecerán una nueva forma de fomentar la motivación de los participantes para pasar a la acción en la resolución de problemas comunes, aumentar su confianza, al tiempo que se mejoran sus aptitudes para el empleo utilizando el sector alimentario y su industria como activador de su interés. Los socios basarán las actividades en la predisposición de los jóvenes a la innovación y su comprensión de las tendencias emergentes, para que puedan poner en marcha nuevas iniciativas destinadas a reducir o prevenir el desperdicio de alimentos en sus comunidades.